martes, 14 de febrero de 2012

Final de Herederos de una Venganza

Anoche, “El Trece” emitió el gran final de “Herederos de una venganza", la exitosa tira producida por Pol-ka que contó con las actuaciones de: Luciano Castro, Romina Gaetani, Marcela Kloosterboer, Federico Amador, Leonor Benedetto, Rodolfo Ranni, Benjamín Vicuña, Antonio Grimau, Marco Antonio Caponi, Betiana Blum, Sergio Surraco, Noemí Frenkel, Guillermo Arengo, Federico Salles, Virginia Kaufmann, Cecilia Miserere, Anita Gutiérrez, Felipe Colombo, Victorio D´Alessandro, Gimena Accardi y Manuela Pal; y que contó con las participaciones especiales de Alfredo Alcón, Viviana Saccone, Daniel Kuzniecka, Paula Morales, Florencia Torrente, Mariano Torre, Benjamín Amadeo, Romina Ricchi, Susana Ortiz, Edward Nutkiewicz, Miguel Habud, Gerardo Chendo, Sabrina Carballo, Mónica Gonzaga, Ernesto Claudio, Agustina Lecouna, Michel Noher, Inés Palombo, Alejo García Pintos, Miguel Dedovich, Gabriela Groppa, Horacio Peña,entre otros.


Los números de “Herederos de una venganza”


El último capítulo de la ficción alcanzó un promedio de 23,6 y un pico máximo de 24,5 puntos de rating, según datos suministrados por la medidora Ibope. A lo largo de sus 219 emisiones, “Herederos de una venganza” obtuvo un promedio general de 20,6 puntos de rating. La medición más alta la alcanzó el martes 13 de diciembre de 2011 con 26,1 puntos.


Acerca del final de Herederos de una venganza


Gracias a la ayuda de Cátulo (Federico Salles), Antonio (Luciano Castro) logra escapar de la explosión y se enfrenta cuerpo a cuerpo con Benicio (Benjamín Vicuña). La pelea es a matar o morir y, en medio del forcejeo, Benicio pierde el equilibrio y cae sobre una viga de acero que le atraviesa el cuerpo de lado a lado. “El Maldito” ha muerto.


Por su parte, Emilia (Marcela Kloosterboer) le dispara a Rafael (Federico Amador) para salvarle la vida a Lucas (Marco Antonio Caponi); el villano cae herido pero aún está con vida. La pareja, en lugar de matarlo, decide dejarlo allí para que sea la Justicia quien se encargue de hacerlo pagar por sus crímenes. Lo mismo ocurre con Cosme (Sergio Surraco), quien es abandonado a su suerte por el resto de los vecinos cuando llega el helicóptero a rescatarlos.


Meses más tarde, en una Vidisterra totalmente reconstruida: Delicia (Betiana Blum) es la Intendente del pueblo, Cátulo es secretario de la Intendencia y Estrella (Anita Gutiérrez) es el Comisario. Pedro (Guillermo Arengo) y Bernardo (Felipe Colombo) tienen su propio bar. Emilia y Lucas crían a sus tres hijos. Y la bodega resurge bajo la firma “Puentes-Piave-Leiva”.


A pocos kilómetros, en el pueblo de Las Praderas, se lleva a cabo un juicio histórico: Cosme y Rafael son condenados a cadena perpetua por sus crímenes de lesa humanidad, al igual que Octavio (Rodolfo Ranni), Vicente (Antonio Grimau), Regina (Leonor Benedetto), Gretel (Noemí Frenkel) y Benicio (Benjamín Vicuña), quienes reciben su condena post mortem.


Paralelamente, en la plaza principal de Vidisterra –que ahora se llama “Doctora Victoria Calvo” (Viviana Saccone)– se lleva a cabo el casamiento de Antonio y Mercedes, quienes sellan su amor frente al altar y a todos los habitantes del pueblo que, al fin, pueden festejar que el amor y la justicia se instaló en el pueblo.


lunes, 13 de febrero de 2012

"Mi personaje sufrió mucho todo el año, se merece un lindo final"

A horas del último capítulo de "Herederos de una venganza" (El Trece), Marcela Kloosterboer habla del destino de"su" Emilia y de un año marcado por el éxito de la novela. "El final no los va a defraudar", adelanta.
Acaba de llegar de vacaciones. Está descansada. "Desconectada", dirá la actriz. Sucede que "Herederos de una venganza" tiene en vilo a sus seguidores, pero ella, Marcela Kloosterboer, grabó hace ya tres meses el final que se verá esta noche, por El Trece. En la ficción es Emilia, hermana del protagonista (Luciano Castro) y una de las herederas de Vidisterra. Una mujer que lucha por sus ideales pero que por diversas circunstancias -su madre, su marido, su verdadero amor, etc.- sufrió durante toda la novela. "Yo creo que Emilia termina esta noche como debería. Ella da un lindo mensaje de esperanza, con lo que luchó durante todo el año, con todo lo que sufrió... se merecía concretar su amor con Lucas (Marco Antonio Caponi). Me encanta esta historia de amor y creo que todos en la novela tienen un final merecido", adelanta Marcela Kloosterboer.


¿Cómo fue hacer "Herederos", una novela tan distinta a las que hiciste?
Fue un año muy intenso, de verdad. Para mi personaje, había una tragedia detrás de la otra. En un momento me puse a pensar: ‘Hace como cuatro meses que no tengo una escena en donde me río’. Fue un personaje muy sufrido, se comprometía mucho con todas las cosas, no podía mirar para otro lado, siempre luchaba por cambiar la realidad. Ahora estoy descansando de Emilia, era necesario, grabar 10 horas por día con esa energía negativa es abrumador.

¿Cómo hacías?
Nada... llegué más cansada al final que en otro tipo de historias. Con la energía más baja.

En los últimos meses, "Herederos de una venganza" sorprendió a su público con una historia que giró hacia lo apocalíptico, con imágenes de alto impacto y efectos especiales. Ahora, el mayor misterio consiste en saber que pasará con el personaje de Benjamín Vicuña, el malo de la novela. "Es impresionante lo bien que le fue a la ficción durante todo el año, creo que se debe a que pasaban cosas todo el tiempo. 'Herederos' se corrió de la novela costumbrista, arrancó como culebrón tradicional pero después se le dio lugar a la parte más mística, a la Logia, etc. Estoy muy agradecida a Adrián (Suar) y a Pol-ka, con quienes trabajo desde hace tiempo, por este gran año", dice la actriz.

Esta noche, volvés a terminar un éxito, como hace dos años te ocurrió con "Valientes", ¿cómo lo vivís?
Para mí es un orgullo, me encanta y me pone muy contenta, pero no es algo que modifique mi vida. Creo que no hay que alegrarse mucho ni entristecerse demasiado, nunca basé mi vida en el trabajo. Ojo, no podría vivir sin trabajar y me encanta lo que hago pero afuera tengo una vida que me llena un montón y el trabajo es eso, tener la conciencia que un año te aman y al otro ni siquiera te miran.

Madura y clara, poco amiga de dar notas, dice que no suele leer las críticas ni lo que dicen de ella las revistas: "Lo que más me sucede es que inventen cosas sobre mí, ¿qué voy a hacer? Nada, no leo, entiendo que es imposible agradarle a todos ni todo el mundo tiene por qué saber toda la verdad sobre todo... Dicen de mí que tengo perfil bajo, yo digo que tengo mi vida. De hecho, en este momento, estoy comiendo con mi abuela, acabo de llegar de viaje de visitar a mi papá y a mi hermano. Tengo una vida normal y vivo en un mundo real".

domingo, 12 de febrero de 2012

Marce en Revista HOLA Argentina


Desde que se mudó con su novio Fernando Sieling (29), en la nueva casa de Marcela Kloosterboer (28) hay una división perfecta de los utensilios de cocina. "Hay cuchillos que se usan únicamente para cortar las verduras y otros para las carnes rojas. Fue una de las primeras reglas que establecimos", cuenta Marcela, vegetariana confesa desde los 8 años. "Fer hace asados, pero sabe que no puede pedirme que le prepare un bife, no es lo mío", agrega.
La protagonista de Herederos de una venganza se mudó hace dos meses con su pareja –licenciado en Administración de Empresas y ex rugbier– a una casa que construyeron juntos en Benavídez. Después de cuatro años –con un breve impasse de siete meses en 2009–, finalmente llegó la convivencia. "Después de cinco años de vivir sola, volví a compartir mis espacios con alguien. Los primeros días fueron claves para establecer cómo íbamos a organizarnos. Hablamos mucho de lo que necesitaba cada uno y, por suerte, nos resultó muy fácil ponernos de acuerdo", asegura Marcela.
–¿Cómo surgió la idea de convivir?
–Hace tiempo que teníamos ganas, porque estábamos en un momento del noviazgo en el que dormíamos casi todas las noches juntos, tanto en mi departamento como en el de Fernando. Yo tenía la idea de empezar con la construcción de una casa en Benavídez mientras estábamos distanciados, pero en cuanto nos reconciliamos se transformó en un proyecto en común. Disfrutamos muchísimo de ver cómo se iba concretando el sueño de la casa propia y, cada vez que podíamos, nos dábamos una vuelta para ver cómo iba todo.
¿Por qué eligieron alejarse de la ciudad?
–Toda mi vida viví en departamento. Primero con mi familia en Vicente López y después, durante cinco años, sola en Palermo. Y la verdad es que siempre quise tener una casa con jardín. ¡Estoy feliz!
–¿Es el hogar que siempre soñaste?
–La verdad es que sí: es simple y espaciosa, moderna pero a la vez muy cálida. Refleja mucho nuestra personalidad. Cuando empezamos a construirla tenía muy en claro lo que quería. Me inspiré en dos casas: una que ya había hecho nuestro arquitecto, Miguel Florio, y otra donde yo había hecho una producción de fotos. Por suerte, soy muy concreta y no doy vueltas. Veo algo que me gusta y listo. Con la decoración pasó algo similar. Me ocupé mucho de mirar revistas y recorrer tiendas.
–¿Fernando también opinó sobre la deco?
–¡Sí! Por momentos me decía que confiaba en mi criterio y me dejaba elegir, pero también opinaba y decía lo que no le gustaba. Aunque tuve que negociar, estuvo bueno que los dos compartiéramos las decisiones.
–¿Quién se ocupa del jardín?
–Nos encanta a los dos, pero la verdad es que Fer se encarga del riego y de comprar las plantas porque, además de ser fanático del verde, tiene la experiencia de haber vivido en una casa. Yo estoy pensando en hacer algún curso de jardinería para aprender un poco más. Ya tenemos reservado el lugar para armar nuestra propia huerta. ¡Qué bueno va a ser cuando pueda prepararme una ensalada con las verduras que yo misma coseche! [Se ríe.] Pero vamos de a poco, por ahora sólo tenemos una planta de albahaca.
–Las mudanzas suele ser bastante traumáticas. ¿Cómo la viviste vos?
–No me costó nada, la hicimos muy de a poco. Yo estaba grabando Herederos… y, como no quería contratar una empresa de mudanza, llevé mis cosas en varios viajes. Con la ayuda de mi prima y una de mis mejores amigas, fui armando las valijas con tiempo y así conseguí que no fuera nada traumática.
–¿Te gustaría casarte?
–Me gusta la idea, pero no me quita el sueño. En este momento no es un plan cercano, porque todavía estamos muy metidos con todo lo de la casa. Siempre quise convivir antes de casarme porque nunca se sabe cómo puede resultar y está bueno probar y ver qué pasa.
–¿De chica soñabas con casarte de blanco?
–No, nunca tuve esa fantasía. Por ahí me pasa más ahora de grande. Este año se casó una íntima amiga en la iglesia del colegio de toda la vida y fue muy fuerte.
–¿Y cómo venís con la idea de la maternidad?
–Cuando tenga que darse, será. En ese sentido, somos muy relajados con Fernando. Sí me gustaría poder disfrutar de esta nueva etapa y de la vida en pareja antes de ser madre. Pero todo puede pasar…
–¿Te imaginás como mamá?
–Me gustan mucho los chicos. Me gustaría poder darles mucha paz y, sobre todo, mucho amor. Me imagino una madre compinche, abriéndole siempre el juego al diálogo. De lo que no tengo dudas es que Fer va a ser un padrazo.
–¿Tus amigas te dejan sus hijos para que los cuides?
–Ahora mucho más. Antes se ponían a llorar y no los soportaba. Les decía: "¡Sacá este chico de acá!". El fin de semana pasado, estuve todo el tiempo con mi primito de 3 años y al final me lo quería llevar a mi casa. Me parece que los años me dieron más paciencia y la maternidad es algo mucho más cercano.
–¿Qué te enamora de Fernando?
–Es muy sencillo, puro, generoso, compañero y seguro de sí mismo. El me enseña todo el tiempo a tener otra mirada sobre las cosas. Lo bueno de estar a su lado es que me hace bien y saca lo mejor de mí. Nos complementamos como personas y nos acompañamos sin perder nuestra independencia. Creo que eso es fundamental.
–¿Quién es más celoso?
–Yo soy un poco más, pero dentro de lo normal. Fer no es del medio y no está pendiente de lo que algunos pueden decir de mí y eso está buenísimo.
–¿Te referís a los romances que suelen adjudicarte?
–¡Por suerte, este año no me inventaron nada! Es difícil, porque siempre te afecta un poco, sobre todo a la gente que te rodea.
–Tuviste novios conocidos y ahora estás con alguien de bajísimo perfil…
–Tuve más novios "desconocidos" que famosos. Cada relación tiene lo suyo, pero para mí está bueno que cada uno se dedique a algo totalmente distinto. Es una manera de ampliar mi panorama, llegar a la noche y hablar de cosas diferentes. Si no, se hace un poco denso.
–¿Tu familia también te ayuda a desconectarte del mundo mediático?
–Sí, mi hermano Tomás, por ejemplo, vive en Hawái y no se entera de nada. La otra vez lo vio a Luciano Castro en Valientes y me dijo: "Ah, ¿ese es Luciano? Yo pensé que era uno que cantaba". Se lo confundió con Luciano Pereyra. [Se ríe.] No entiende nada y para mí eso es súper relajado. En casa de mi mamá siempre se habla de cualquier otra cosa y no de mi trabajo en la tele.
–Después de un año de mucho trabajo, ¿qué planes tenés?
–Por ahora quiero descansar. No tengo ningún proyecto cerrado para el año que viene, me estoy empezando a reunir con mis representantes para ver qué hacer. Me gustaría tomarme el verano tranquila. La historia de Herederos… fue muy dramática y agotadora. Llegaba a casa muy cargada porque no me tocaron ni dos escenas seguidas de comedia y eso desgasta mucho más. Fue un año muy intenso.
–¿Te vas de vacaciones?
–Como Fer cambió de trabajo y todavía no tiene días libres, la idea es viajar con mi familia para reunirnos en Estados Unidos con mi hermano. Todavía no decidimos si será en Vail, para esquiar, o en Miami.
–La cercanía de los 30, ¿te genera algún tipo de presión? ¿Sentís que es una edad bisagra?
–Yo vivo el momento, me parece que está bueno disfrutar del día a día tratando de ser lo más feliz posible junto a la gente que me hace bien. No creo que haya una edad para los proyectos. Trato de no pensar en el futuro, porque finalmente nunca tenemos el control de lo que nos va a pasar.
Texto: Julia Talevi
Fotos: Soledad Rubio
Producción: Georgina Colzani
Maquillaje: Bettina Frúmboli, con productos Lancôme
Peinado: Maia Rohrer, para estudio Frúmboli, con productos Joico/Senscience
Agradecimientos: Yvonne Atkinson y Manuela Tornquist, CH, Etiqueta Negra y Justa Osadía.



jueves, 9 de febrero de 2012

viernes, 3 de febrero de 2012

Chiquititas

Candela Maza (Cande)



Es un chica de 15-16 años, huérfana, y muy dolida por la muerte de sus queridos padres. Al comenzar la serie, Candela aparece reservada y competitiva, pero pronto se muestra tal y como es, una niña muy triste y sola que sólo tiene a sus hermanitos como apoyo. En el transcurso de la historia, Candela se va convirtiendo en algo así como el ángel guardián de todos en la casa, y juntos, lograrán superar sus conflictos y tristezas.
Al principio, Candela detesta a su primo Mariano, y Mariano a ella también, pero después de muuucho pelear, ambos se dan cuenta de que se tienen un gran cariño y se hacen amigos; cuando esta amistad evoluciona, Mariano se da cuenta de que, sorprendentemente, está enamorado de su prima; a Candela le cuesta mucho más darse cuenta de que se está enamorando de Mariano, y no quiere aceptarlo por que sabe cuál es su parentesco, a pesar de todo esto, ambos se dan cuenta de que se aman, y, a pesar de su condición de "amor prohibido", deciden vivirlo al máximo por un día, tán sólo 24 horas juntos, para luego olvidarse del tema e intentar ser como antes.